miércoles, 23 de enero de 2013

Una cumbre en equipo


Hace un año, tuve una de las experiencias más bonitas que he tenido en esto de la montaña y ocurrió dentro de lo que ha sido uno de los viajes más significativos que he hecho, la expedición “Hacia el techo de América –Aconcagua”. 

Día de aclimatación, salimos todos rumbo al cerro del Bonete, 5050 msnm. Este día yo no sabía qué pasaría más adelante; durante toda la expedición no me había sentido en las mejores condiciones, así que era incierto el si iría o no rumbo al siguiente campamento de altura, Nido de Cóndores (5300 msnm), al día siguiente, sin embargo al llegar al final de este día me dije a mí misma: "pase lo que pase mañana me quedo con esta salida!!", porque fue una salida en la que todos subimos como equipo, todos caminamos juntos todo el tiempo, esperándonos, los más rápidos bajaron su velocidad y así los que íbamos más atrás podíamos alcanzarlos relativamente fácil. 

Llegamos a la cima y casi inmediatamente comenzó a soltarse una ventisca horrible que nos iba a obligar a bajar aunque todavía faltaba poco para que llegaran los demás. Comenté que nos pusiéramos todos juntitos para generar calor mejor y así esperábamos a los otros. La llamamos “operación pingüino", todos juntos hechos bolitos para quitarnos el frio. 




Ya bajando, la nieve nos pegaba en la cara, picaba como si fuera arena. En un momento que veníamos casi corriendo, el viento nos detuvo por completo de lo fuerte que estaba… pero cada vez que alguien se quedaba atrás decíamos: ¡Pingüinos! ¡Pingüinos! Y nos juntábamos todos en circulito y ni el aire nos hizo mella.
 

Ese día pensé: “me quedo con esta imagen del grupo y del trabajo en equipo, si ya no subo más por mi estoy contenta”. Pero por supuesto, aquí no se terminó esa aventura y al día siguiente nos fuimos al campamento de altura…

Así también esta última salida al Pico de Orizaba, donde un grupo grande salimos intentando la cumbre, donde había mucha gente novata y varios que no habíamos podido "conquistar" la montaña más grande de México, el apoyo del grupo aunado al clima benevolente que nos tocó, las palabras de aliento de todos, el que nuestro guía Andrés (Marco, el guía de montaña que siempre tenemos, estuvo indispuesto y se tuvo que quedar con su esposa en el campamento base) llevara un paso muy tranquilo, y aun así se esperara a momentos media hora o más a que llegáramos todos a determinado punto, el que en un momento dado todos compartimos el agua que nos quedaba porque ya algunos no traían, todo esto nos permitió lograr una cumbre muy especial. 

Especial porque a excepción de una persona todos llegamos. Me queda claro que sin ese trabajo en equipo quizá solo unos cuantos hubieran subido esos 5630 msnm y quizá los demás hubiéramos desistido en el camino. 

Estas salidas, independientemente del resultado, que en este caso fue el esperado y deseado por todos, deja un sabor de boca increíble y crean unos lazos de compañerismo, afecto y agradecimiento que de ninguna otra forma se podrían tener!!

Gracias a mis compañeros de montaña!!!

1 comentario:

  1. Que bonitoooo! ¡¡yo estuve ahi!!
    Gracias por documentar esta salida, este logro del 2013 con excelentes personas, neta que la compañía tan agradable hace disfrutar el doble.
    Ya los extraño :(
    Te mando un abrazo.

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